Confiscación y repatriación de activos offshore para el rescate de la pandemia: ¿Es una buena o una mala idea?

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Hay billones de dólares ocultos en paraísos fiscales. ¿Por qué no los recuperamos y los usamos para el rescate que tanto necesita esta pandemia?

Sobre el papel, la cantidad podría resolver el problema global. Supuestamente hay 36 billones de dólares en divisas, metales preciosos y valores, sin contar los activos tangibles como los bienes raíces y el arte. Sin embargo, en la práctica, hay tantas cuestiones con respecto al patrimonio de los paraísos fiscales, que acceder a los fondos offshore, para cualquiera que sea el propósito, es un asunto complicado.

Las políticas de los gobiernos, como por ejemplo las políticas a favor de las grandes corporaciones, la mala situación política y/o económica, etc., facilitan la transferencia de patrimonio a jurisdicciones offshore. Una vez que los activos llegan al paraíso fiscal, su existencia está simplemente fuera del radar, debido a la forma en la que se establece el plan estratégico del patrimonio offshore.

La gran pregunta es: ¿es posible "confiscar" el dinero offshore para que los diferentes países puedan financiar el rescate de la pandemia? Incluso si fuera posible, ¿podemos confiar en que los gobiernos alrededor del mundo gestionen con éxito la utilización de estos fondos tan cuantiosos?

En este artículo hablaremos de los trasfondos de la cuestión, la solución (ideal) y los resultados realistas de una posible confiscación y repatriación.

Financiar el rescate y la prevención de la pandemia con dinero offshore: ¿es posible?

Según el Banco Mundial, los fondos necesarios para prevenir pandemias en los países en vías de desarrollo ascienden a aproximadamente 3.400 millones de dólares anuales. ¿Qué sucede con los paquetes de estímulo económico necesarios para ayudar a las personas afectadas por la pandemia? Podríamos estar hablando de billones de dólares (el primer cheque de estímulo en Estados Unidos superó los 2 billones). Con 36 billones de dólares ocultos en estructuras offshore, debería ser posible financiar el rescate de la pandemia.

Es una idea noble, en realidad, esas grandes corporaciones y personas de alto patrimonio neto, que están transfiriendo su patrimonio a estructuras offshore y disfrutan de activos libres de impuestos, deberían asumir la carga económica creada por la pandemia o, por lo menos, parte de ella.

Lamentablemente, hay razones por las que estas ideas siguen siendo eso, ideas.

En la práctica, ningún gobierno puede repatriar ni confiscar el patrimonio offshore, ni siquiera para una causa tan noble como la de financiar el rescate de la pandemia. Existen varias razones:

1. Las estructuras offshore promueven el secreto y la confidencialidad

Una de las razones principales por las que los activos offshore permanecen "intocables" es porque la forma en que se establecen las estructuras offshore hace difícil que alguien pueda tocar estos fondos. Con todos los métodos estratégicos que existen para la protección de activos offshore, como el doble irlandés con sándwich holandés, las leyes y regulaciones de las jurisdicciones offshore permiten a los titulares de activos hacer que sus activos sean intocables.

2. La reputación de los gobiernos en la gestión del dinero de sus ciudadanos

En el mejor de los casos, el trabajo de su gobierno debería ser asegurarse de que su bienestar esté en lo más alto de su lista de deberes. Sin embargo, debido a varias razones, como recursos limitados, conflictos de intereses, corrupción, liderazgo deficiente, etc., no logran hacer bien su trabajo.

Si, y solo si, su gobierno lograra confiscar y/o repatriar patrimonio offshore, los fondos asignados para el rescate de la pandemia podrían ser inferiores a lo que sería lo ideal. Algunos países lo harían mejor que otros, ya que podrían asignar más fondos, mientras que otros no.

3. Cerrar los paraísos fiscales es un desafío

La idea de cerrar los paraísos fiscales, como hizo Francia al impedir que sus ciudadanos pudieran constituir holdings offshore en Mónaco en la década de los 60, tiene sentido, pero según la razón anterior, todo depende de si los dirigentes de los gobiernos pueden impedir la fuga de capitales, ejerciendo la presión suficiente sobre organizaciones y particulares que participen en planes offshore de elusión y evasión de impuestos. Por ahora, cerrar un paraíso fiscal es tarea difícil.

Conclusión

La pandemia del COVID-19 ha devastado y sigue devastando el mundo, y el final parece estar bastante lejos. La crisis sanitaria aún no se ha mitigado en muchas partes del mundo, provocando que los países caigan en una profunda recesión.

Aunque la idea de usar los fondos ocultos en paraísos fiscales tiene sentido, en la práctica, es casi imposible. Presionar o persuadir a los titulares de activos offshore para que repatrien sus bienes a través de políticas y leyes nuevas dará resultados dispares, ya que los titulares de activos siempre encontrarán lagunas legales que harán que la confiscación y repatriación de activos offshore sea una causa perdida.

La pandemia terminará en algún momento. Pero hasta entonces, lo más seguro sea decir que se encuentra solo en esto. Parece que no podrá contar con su gobierno para que gestione los fondos confiscados y repatriados en su beneficio como ciudadano, lo que también es una razón de por qué la protección de activos offshore sigue todavía viva y bien.




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